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Cap. 20. Diógenes Ferrand López

Nace Diógenes Ferrand López, segundo hijo de Julio Ferrand Coulloud y Ana López Díaz, en Valencia de Alcántara (Cáceres) a las dos y tres cuartos de la madrugada del siete de junio de 1880. Ese año establecen en Sevilla el domicilio familiar al ser su padre contratado, como ya vimos, por “Ferrocarriles Andaluces”.

Siguiendo la costumbre familiar de hacer fotos de toda la familia en momentos importantes, en 1892 se toma ésta de Diógenes cuando, contando 12 años de edad, fallece su madre.

De sus primeros años de vida, nada tengo, y la primera aparición en prensa, data del 29 de marzo de 1900. Según se puede leer, Diógenes, con casi 20 años, era redactor del “Noticiero de Sevilla” y la policía le exigió explicaciones por un artículo aparecido en tal periódico. Alguien tendría que ser Diógenes para que el gobernador se interesara por el caso.

Es decir, con veinte años era corresponsal de un periódico y residía en Sevilla y los datos me dicen que era estudiante de derecho. Ese mismo año, 1900, el 2 de octubre, la “Correspondencia Española” (periódico vespertino publicado en Madrid, de ideología conservadora fundado en 1859) publicó una noticia en la que aparece Diógenes Ferrand inscrito en una prueba ciclista)

En el estudio de Leandro Álvarez Rey y María del Carmen Fernández Albéndiz, titulado “EL LIBERAL, DE SEVILLA” (1901-1936). UN DIARIO INDEPENDIENTE EN LA ANDALUCÍA ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL”, se puede leer que “…el primer ejemplar de “El Liberal de Sevilla” apareció publicado en 1901 y la redacción que integró aquel primer diario sí constituía un grupo de profesionales de calidad, formada por periodistas como José García Orejuela, Manuel Chaves Rey, Muñoz San Román, Antonio Reyes, Emilio Gierts, Diógenes Ferrand, Francisco Andrade, Alfredo Carmona, Escobar, Piñal, etc., algunos de los cuales permanecerían  vinculados al periódico durante muchos años.”

 

Vemos a Diógenes, con veintiún años vinculado a los movimientos intelectuales de la Sevilla de la época. Sus aficiones literarias tienen reflejo en el periódico “El Guadalete” el 4 de octubre de 1902 tras su estreno de “El Curita”. La verdad es que su primera crítica fue algo adversa, o quizás alentadora (por aquello de “principiante”). Se puede leer: ”…como obra de principiantes, un tantico deficiente”. Ahí empieza el periplo artístico de Diógenes.

Mientras Diógenes permanece en Sevilla alternando sus correrías artísticas con la ayuda a don Julio en el mundo rural, sus amigos, algunos de los cuales lo acompañaran toda la vida, permanecen en Madrid haciéndose un hueco en el mundo bohemio de las letras de principios de siglo XX.

Julio Ferrand, padre de Diógenes, hacía todo lo posible para que su hijo permaneciera en Sevilla y no le facilitaba ayuda económica para tal aventura; los amigos de Diógenes, como veréis, se lo solicitaban con insistencia y con “mucho arte”.

Resultaba extraño que un librepensador como don Julio no quisiera que su hijo marchara a Madrid a buscar fortuna en las letras, ¿o quizás tenía miedo de que lo hiciera?¿Tal vez quisiera que terminara Derecho, cosa a la que Diógenes le dedicaba poca atención?; alguna razón tendría que tener y creo que la tenía, para no dejarlo ir, pero para conocerla, tendréis que seguir leyendo hasta el final del capítulo.

¿Quiénes eran esos amigos que querían que marchara a Madrid? Ahí os los presento: Guillermo Jiménez Athy, Rogelio Pérez Olivares, Eduardo Fuentes y Pedro Pérez Fernández.

Resulta curioso la similitud de las firmas, ¿quién sería el líder? ¿Cómo se encontraron? ¿Cómo evolucionaron? Pedro Pérez Fernandez marchó muy joven a Madrid y allí coincidió con Pedro Muñoz Seca, creo que fue mecenas de muchos. Con él, Pedro Pérez Fernandez escribió muchas obras y eran llamados “Los Pericos”.

Sin duda sería ilustrativo que alguien, teniendo sus vidas por nortes, hiciera una película de semejantes personajes. Sería un magnífico retrato de la España de principios del s.XX.

Para preparar este capítulo he leído mucho relacionado con  Muñoz Seca, e incluso visité el Museo que, a su memoria, hay en el Puerto de Santa María. En algunas fuentes pude leer: “se alió con el bando sublevado en el 36 y fue ejecutado, lo que hizo a Pedro Pérez Fernandez esconderse y pasar más desapercibido”. Parece muy injusta tal afirmación pues no hay ninguna prueba de la implicación en el golpe de estado. Es más, si lo hubiera estado de alguna forma, no le hubiera pillado el 18 de julio en Barcelona estrenando una  obra y menos acompañado de su mujer; no sabía nada, y desde entonces estuvo detenido y fue ejecutado sin juicio ordinario sino en un “juicio popular” por “SER FASCISTA, MONÁRQUICO Y ENEMIGO DE LA REPÚBLICA”. Más justo sería decir que fue detenido el 18 de julio de 1936 por ser monárquico y porque en sus obras fue un crítico acérrimo de la República y ejecutado en Paracuellos el 28 de noviembre”.

Es hora ya; os muestro las cartas que envían a Julio Ferrand para que permitiera a Diógenes marchar Madrid; disfrútenlas.

Sacaron algún fruto.

En 1905 estrena “Nubes de verano” y en 1907 y 1908 “El Rey de la Serranía” y “El reducto del Pilar”, respectivamente,

Vemos cómo sus aficiones literarias surgieron en Diógenes muy pronto. Al padre también “navegó por esas aguas” y, como vimos, en 1901 publicó “El bueno de don Ventura”. Esta afición literaria lleva a Diógenes al periodismo: fue redactor de “Iberia” y director de la revista “Arte y Artistas” de la que fue además su propietario.

Del periodismo saltó a la literatura dramática y, en colaboración con sus amigos, publicó varias obras. “Noches de verano” con Francisco Torres estrenada en Sevilla y en colaboración con Rogelio Pérez Olivares una revista titulada “La gran vía sevillana”. Por supuesto que colaboró con Pedro Pérez Fernández, su gran amigo y a resultas con Pedro Muñoz Seca.

Rogelio Pérez Olivares formó compañía y se llevó a Diógenes como representante, pero la entidad artística fracasó y pronto se disolvió. Pérez Olivares se trasladó a Madrid y a los pocos meses Diógenes quien estuvo viviendo en su casa durante algo más de un año. A través de la compañía “Novedades”, Rogelio Pérez Olivares le estrenó una zarzuela titulada “El rey de la serranía”. Parece ser que por entonces contrajo un reuma articular y se fue a vivir a una pensión. También parece que sólo encontró una carta cuando don Rogelio fue a visitar a Diógenes a la pensión. En ella le explicaba que se había ido a América con el “Maestro Gay”.

Su vida en América fue todo menos tranquila. La entrada fue por Cuba y en  La Habana le atacó de nuevo el reúma. Ingresó en el Hospital de la Asociación de Comercio en el que permaneció cerca de un año. Curado entró en la redacción de un periódico donde hizo críticas de Tribunales.

Diógenes fue una persona que pronto se hacía popular, su carácter inquieto, simpático y su refinada cultura así se lo permitía. Pero en este caso, al igual que en otros muchos, no tuvo suerte; una huelga de redactores le hizo perder su acomodo y se trasladó a México donde fue nombrado gerente de la compañía de Virginia Fábregas con la que trabajó mucho tiempo. Los planes eran que la compañía se trasladase a España y a modo de trampolín introductorio pensó en Canarias y allí se trasladó para preparar la llegada de Fábregas. Pero Virginia Fábregas decidió en el último momento no realizar el viaje. Tampoco tuvo suerte en esa aventura ni en la que entabló con una cupletista que era hija de un picador y se vio obligado a volver a América, en este caso a México por segunda vez.

En esta segunda estancia se dedicó a los reportajes políticos haciendo una durísima crítica a Porfirio Díaz, el que fue presidente de México en siete ocasiones ocupando el cargo durante 31 años. La campaña fue feroz hasta el punto de que un periódico local pidiera su expulsión del país por “extranjero indeseable”.

Perseguido por sus adversarios políticos se refugió en Pachuca en casa de un amigo español. Allí conoció a la hija de su compatriota, Mª Tersa Paz, con la que se casó. De tal unión nacieron dos hijas; Ana y Teresa.

 

Las fotos que muestro a continuación fueron tomadas por Diógenes Ferrand para distintas crónicas

Diógenes regresó a España gracias a los beneficios económicos que obtuvo de una función teatral que sus amigos le realizaron, especialmente Rosario Soler, actriz y cantante española. Más tarde su mujer y su hija mayor, Ana, llegaron a España. Mª Teresa estaba embarazada de su hija Teresa. Diógenes se trajo de México la corresponsalía del “Universal Gráfico”, “Toreo y Deportes” y “El Universal Taurino”. En América fue también fue representante de la compañía dramática de Lupe Rivas Cacho. Con ese bagaje llegó a España sobre el año 1922 ó 1923.

Rosario Soler

Según Rogelio Pérez Olivares y Lorenzo Coullaut Valera, Diógenes padeció en su juventud una “enfermedad específica” ¿Sería por esa razón por la que Julio Ferrand no era partidario de que Diógenes se apartara de su lado? ¿Qué es eso de “enfermedad específica”? Ya veremos, cuando su médico personal hable con nosotros y nos diga que hay que descartar “tuberculosis” como tal “especificidad”.

¿Qué dice don Enrique don Enrique Pérez Pastor, médico de cabecera de Diógenes? Sus palabras fueron más o menos estas:

Poco después de regresar de México acudió a mi consulta recomendado por nuestro común amigo Rogelio Pérez Olivares. Vi que se trataba de un caso verdaderamente complicado, delicado y peligroso. Diógenes padecía una cirrosis hipertrófica de hígado. Además de joven había padecido una enfermedad específica y esto pudiera proporcionarle trastornos celebrares muy peligrosos”.

Según sus palabras no le ocultó a Diógenes la gravedad de su dolencia. El enfermo se comportó “dócilmente” porque “tenía verdadero afán de curarse y cumplía matemáticamente sus indicaciones”. “La dolencia era de tal naturaleza y estaba tan adueñada de su organismo  que últimamente era un caso desahuciado”.

Sigue el doctor relatando que poco antes de Semana Santa recibió una llamada de Mª Teresa rogándole que fuera a ver a Diógenes. “Acudí a la calle don Ramón de la Cruz y encontré a Diógenes en la cama en un estado de decaimiento que me preocupó muchísimo. Más de una hora estuvimos los dos solos y le pregunté si se encontraba atormentado por alguna razón y tengo la completa seguridad de que en aquellos momentos me hubiese confiado cualquier preocupación de orden sentimental “. El doctor le recomendó las medicinas adecuadas y le dijo que cuando terminara el tratamiento volviera por su consulta.

A partir del día 17 de abril de 1929 la prensa de toda España y la mexicana (más de cuarenta recortes tengo) recogen la noticia: El matrimonio Ferrand había fallecido en la calle don Ramón de la Cruz.

Los hechos fueron los siguientes:

Diógenes de 52 años y Mª Teresa de 39 habían fallecido en el domicilio familiar de la calle don Ramón de la Cruz número 62 piso segundo derecha. Tenían dos hijas, Ana de 12 años estudiaba en un colegio en París y Teresa, de 7 años, interna en el colegio de los Sagrados Corazones de Madrid.

En el juzgado de Buenavista se personó Carlos Ferrand López, hermano de Diógenes y Jefe de Sanidad de Sevilla, Torres Beleña y Lorenzo Coullaut Valera. Se les hizo entrega de las cartas que para ellos había dejado escritas Diógenes y el juzgado había recogido de su casa. Otras muchas cartas, cerca de veinte, se las entregaron a Lorenzo Coullaut Valera para que se las hiciera llegar a sus destinatarios. También el escultor recogió las llaves del piso.

Diógenes había dejado escrita la composición del consejo de familia de sus hijas. Coullaut Valera fue nombrado tutor y Torres Beleña, protutor. Completaban el consejo de familia su hermano Carlos, Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández.

He tenido acceso a dos de esas cartas. Una publicada en prensa y la adjunto; de la otra, dirigida a Muñoz Seca, sólo decir que la copia que obtuve se la entregué  a sus descendientes más directos

Respecto del entierro sólo decir que fue costeado por: su hermano, Pedro Muñoz Seca, Pedro Pérez Fernández, Torres Beleña y Coullaut Valera. Fueron amortajados con los hábitos de San Francisco y en sendas carrozas, trasladados al cementerio de la Almudena donde se les dio sepultura.

Termino el capítulo con parte del árbol genealógico de Diógenes y María Teresa. Destaca un nieto de la pareja llamado Manuel Martín Ferrand. Dado que en Internet podéis encontrar muchas de sus realizaciones, renuncio a hacer aquí ningún resumen.